lunes, 23 de noviembre de 2009

Caricias

Del deseo creciente nacieron las caricias que ahora me recorren. Unas manos como flores inundando el continente de mi cuerpo, alimentándose del su calor, descubriendo las playas que lo circundan.
Los labios unidos, los ojos cerrados. Tu sexo y mi sexo en conjunción. Tu miembro en el interior provocando explosiones que al recibirlas me trasladan al desierto, a la sed, a la calma. Un orgasmo imprevisible que me encamina al extasis, a la necesidad de gemir, a la imposibilidad de mantenerme quieta y en silencio.